sábado, 11 de junio de 2011

LOS JUDÍOS ESPAÑOLES

                       Los judíos en España   (1ª parte)        

                Sefarad es el nombre hebreo de España y sefardí es el que emigró y conservó nuestra cultura.
                Desde la segunda destrucción del templo de Jerusalén con el emperador Tito, en la expulsión que se produce en esos territorios hace 1500 años, muchos judíos llegan a España o mejor dicho a la península.
                Durante la Edad Media ciudades como Toledo, Sevilla, Mérida, Granada, Córdoba, Tarragona e Islas Baleares, tienen notable población judía. Son cofres del Real Patrimonio y pagan tributos por ser súbditos del Rey; Maimónides ya por entonces discutía sobre cuál debía ser la forma de estado más conveniente.
                Hacia 1492, tras la reconquista, los Reyes Católicos, necesitan capital humano con lo que a veces ellos son imprescindibles en la repoblación de zonas deshabitadas bien por lo que aportan económicamente y porque son muy necesarios en la administración. Sin embargo la concepción de estado moderno uniconfesional, donde se cree que los reyes son ungidos por Dios, las minorías están llamadas a desaparecer. Los árabes los toleran pero en ningún sitio son casta dominante.
                Al no pagar más que al rey, nobles e incluso pueblo, les acusan de cualquier calamidad: peste, malas cosechas etc. En Sevilla, Écija y de allí se extiende por otros sitios, son perseguidos muriendo miles de ellos y desapareciendo muchas juderías. Es hacia 1391 cuando ocurren estas masacres y muchos se ven obligados a convertirse al cristianismo para sobrevivir aunque en la intimidad de sus hogares siguen con sus prácticas religiosas.
                Tras la consolidación de este estado, tienen tres meses para convertirse o emigrar. Muchos lo hacen a Portugal con la esperanza de que la orden sea reversible y puedan regresar. Pero allí el rey D. Manuel que se ha casado con la hija de los Reyes Católicos, también los expulsa. Se dispersan por el norte de África, Jerusalén, Egipto, Italia, donde son aceptados como minoría cultural. Conservan las llaves de sus casas en Sefarad. Sienten orgullo y dolor hoy día, más por lo que pudo ser que por lo que fue. La península los olvidó pronto. Más adelante Carlos IV se afirma en la idea de no querer judíos en España. En 1834 quedó abolida la Inquisición y se da por cerrado el capítulo de la expulsión.

(Continúa en siguiente post)

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