lunes, 6 de enero de 2020

MARTYRIUM: EL OCASO DE ROMA


TÍTULO: MARTYRIUM: EL OCASO DE ROMA

AUTOR: SANTIAGO CASTELLANOS


                Aunque son varios los escenarios en que se desarrolla esta novela, será Emérita Augusta, nuestra actual Mérida, donde empieza y acaba la narración. Allí uno de los protagonistas de ficción, el presbítero Celso, nos pone en consideración al, sí personaje real, de la mártir de las persecuciones romanas en tiempos del emperador Diocleciano, la joven Eulalia. Este Celso, cristiano fanático e intransigente, tiene también un cierto carisma y poder de seducción que usará con su alumna Eulalia y esta condición de preceptor la moldeará y encaminará a una total entrega cuando llega la hora del martirio.
Ocurren estos hechos en tiempos de la tetrarquía, régimen impuesto por Diocleciano para poner freno al caos en que se hallaba sumido el imperio, siglo IV d.C. La mayor parte de esta historia transcurre en Oriente: Nicomedia, Constantinopla, Alejandría, Nicea… y entre otros problemas acuciantes para los augustos y césares del momento, el autor se va a centrar en las persecuciones a los cristianos con ligeras alusiones a Constantino al principio de la narración y que luego se convertirá en personaje principal del relato. Pasa de puntillas por su estancia en Oriente, sus campañas militares, la derrota en puente Milvio a Majencio para llegar a ser el gran emperador, tolerante con respecto a la nueva religión cristiana. Pronto se rodea de asesores de este credo, entre ellos el obispo Osio de Córdoba porque su interés está en tener un solo imperio y para aunarlo, nada mejor que una sola religión y la cristiana le parece la más adecuada con un solo Dios.
Esos años convulsos lo son también para los cristianos que se enzarzan en disputas teológicas y fanatismos que amenazan con romper la unidad de la naciente Iglesia. Para poner freno, Constantino promueve el concilio de Nicea. Acuden obispos de oriente y occidente, entre ellos Arrio y sus secuaces que niegan la divinidad del Hijo de Dios. No del todo convencidos, finalmente la gran mayoría aprueban el credo que recoge los principios teológicos en que se basará en adelante la Fe cristiana. Constantino con el tiempo y ya cerca de su muerte parece que se aproxima a los arrianos y les pide el bautismo.
Con este telón de fondo de problemas políticos y religiosos, el autor abarca un amplio periodo de la Historia con a mi parecer forzosos saltos pues habría tema para más de un volumen. De todos modos su prosa ágil y descriptiva hacen fácil su lectura en general, aun cuando hay momentos en que se pierde el ritmo con la larga huida de Constantino hacia occidente para encontrarse con su padre. Bien perfilado el personaje de Celso pero no así tanto el de Constantino que a mi modo de ver queda algo desdibujado.
Las luchas internas por el poder, las crueles persecuciones, el mundo de las hetairas, la figura clave de Constantino para conseguir la implantación de la religión cristiana en el imperio, son los puntales para esta novela bien documentada.