_Minutos después, comprobaba que la maniobra no servía para nada e hice que quitasen un poco de trapo. La navegación se tornó lenta. Y como la navegación, lentos se mostraron los segundos. La velita que había visto subir y bajar había desaparecido. ¿Una alucinación?...Lo deseché; seguramente la teníamos delante y no sabíamos verla. Las candelas de la Pinta relucían a lo lejos. Y sucedió lo que tenía que suceder:
-¡Tierra a la vista!- oí en la distancia.
_El mal no tiene cara y hay que aguantarlo de pie.
_En la vida vale tanto la imagen de la realidad como la realidad misma.
_Quién nació de cuna plebeya, no ha de gozar de la púrpura sin sudar la camisa.
_Aquí supe que nada es lo que aparenta, que nadie miente pero que nadie dice toda la verdad. Se habla en puntos suspensivos, enunciando una frase que nunca concluye.
_ Lo anormal es la otra cara de lo evidente.
_No hay engaño en una simple exageración, ni se engaña a quien quiere ser engañado.
_Nunca nadie consigue hacerse entender por todos y nunca nadie puede comprenderlo todo, a cuyo pesar, si uno cree firmemente en lo que defiende, debe actuar como si le entendiera todo el mundo.
_Lo paradójico de todo ésto era, sin embargo, que las crueldades se cometían en nombre de Dios. (torturas durante el cerco de Málaga)
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