jueves, 3 de octubre de 2013

EL DESAFÍO DE LAS DAMAS


TÍTULO: EL DESAFÍO DE LAS DAMAS
AUTOR: ALMUDENA DE ARTEAGA


              Al Igual que otras novelas ya leídas, ésta aborda también el reinado de Felipe IV y se centra en la conspiración que un variopinto grupo de damas de la época urde para desacreditar y destituir al valido del rey el conde duque de Olivares. Todas tienen una poderosa razón para odiar a este personaje.
             La narración en primera persona la lleva a cabo una de ellas, Mª Acacia Silva y Mendoza, duquesa del Infantado, casada con D. Ruy y biznieta de la princesa de Éboli. Fue dama de la reina Isabel de Borbón. Ella junto a otras mujeres, todas con cuentas pendientes con el conde-duque urden una y otra vez distintas tramas hasta conseguir tras veintidós años de lucha la caída del valido. Éstas fueron las otras y sus motivos, obvios.
            Ana Mendoza y Enríquez, cuarta duquesa del Infantado. Viuda de su primer matrimonio se casó en segundas nupcias con Juan Hurtado de Mendoza, su primo. A la boda asisten los reyes Felipe III y Dña. Margarita que la tuvo como confidente y primera dama de su corte. Su segundo hijo casa con una hija del duque de Lerma principal víctima de Olivares y por tanto perjudica seriamente al hijo de éstos su nieto D. Ruy nombrado anteriormente. Tanto a Ruy como a Mª Acacia les hace prometer que lucharán sin tregua hasta hacer fracasar al conde-duque de Olivares.
            Ana de Guevara, nodriza del rey Felipe IV quien siempre le tuvo mucho cariño y consideración hasta que Olivares se las arregló para echarla a la calle viéndose avocada a regentar una de las mancebías de Madrid. Murió en la villa tras ver su venganza cumplida.
             Mª Inés Calderón, la Calderona, actriz de comedias, se convirtió en amante de Felipe IV y madre del único bastardo reconocido Juan José de Austria. Cuando al rey se le pasó el capricho, Olivares la separó de su hijo y la obligó a ingresar en el convento alcarreño de Valfermoso donde murió sin dar más problemas en beneficio de la carrera política de su hijo.
            Isabel de Borbón, reina de España, francesa que aquí recibió el sobrenombre de la Deseada. Durante el alzamiento de Cataluña y en contra del gobierno del conde-duque, ejerció la regencia en Madrid mientras el rey acudía a Barcelona a poner orden. Tanto Olivares como su mujer, que consiguió ser dama de la corte, la sometían a un intenso espionaje para evitar que influyera sobre el rey en su contra.
          Sor Mª Inés de Ágreda, hija de una familia hidalga que entra en el convento a los dieciséis años llegando a ser madre abadesa. De un gran misticismo, su fama llegó al mismo rey que la toma como consejera y acata sus sabios consejos. Ella fue portadora de las últimas palabras que necesitaba el rey para convencerse de la mala influencia de Olivares.
           Inés de Vargas, marquesa viuda de Siete Iglesias. Su marido, un antiguo paje del cardenal duque de Lerma, ostentó diversos cargos entre ellos el de secretario de Estado hasta que Felipe III enfermó y Olivares aconsejó a su sucesor, Felipe IV, acometer en su contra. Fue apresado en Valladolid, se le confiscaron sus bienes y finalmente degollado en la plaza Mayor de Madrid. La viuda e hijos quedaron en la miseria más absoluta acogiéndose ella a la caridad de la duquesa del Infantado.
             Razones no les faltaban para conjurar contra el valido.

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