ALGUNOS PÁRRAFOS:
_Lo hallaron en el
claustro. Estaba tendido de espaldas, con la cara teñida de azul y la barba
cubierta de hielo. Se encontraba semiinconsciente y hablaba en murmullos de un
caballero templario, de una misión secreta del Papa y de una hermosa mujer
montada en un caballo blanco. Lo llevaron a su celda y lo acostaron en el duro
catre en el que había dormido los últimos veinte años. Ya era viejo y nada se
podía hacer por él. En sus ojos resplandecía el brillo frío de la muerte. Sus
compañeros monjes comenzaron a murmurar oraciones mientras uno de ellos corría
en busca del abad para que el viejo pudiera confesarse por última vez.
_La velocidad con que
cae la noche en el desierto le sorprendió. Era como ser arrojado a un calabozo
sin ventanas cuya puerta se cerrara de golpe. La brusquedad de la puesta de sol
y la llegada repentina de la noche eran una experiencia tan violenta que los
lastimaba.
_Algunas veces vivían
las cuatro estaciones en un solo día. Una mañana se presentaba cálida y azul
pero al mediodía el cielo estaba cargado de nubes y un vendaval convertía el
horizonte en una niebla amarilla impenetrable. La tormenta duraba una hora. Por
la tarde, el cielo estaba claro, y una vez más, el desierto se había convertido
en un horno.
_He oído decir que
todas las religiones vivían lado a lado en Jerusalén hasta que llegamos
nosotros, los francos, con fuego y violencia. Estos tártaros pueden decir lo
mismo, que no deseamos traerles la paz de Dios, que sólo buscamos ejercer poder
sobre ellos. Me resultaría difícil defender mi fe ante tales acusaciones.
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