martes, 26 de mayo de 2020

EL SUEÑO DE JUSTINIANO


TÍTULO: EL SUEÑO DE JUSTINIANO
AUTOR: SALVADOR FELIP

            El poco conocido Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino con capital en Constantinopla es el que el autor, apasionado con su historia, nos trae a colación en esta novela.
            Hacia el 532 el emperador Justiniano celoso de la gloria alcanzada por Constantino se empeña en la ardua tarea de devolverle su antiguo esplendor al Imperio. Ese será en esencia su sueño más ambicioso. Para ello concibe secretamente un pacto con Dios. Él le construirá el más admirable templo de la cristiandad a cambio de que le conceda el ansiado heredero que dé continuidad a su obra. Ese templo será el de Sta. Sofía o de la Divina Sabiduría. Casado con Teodora de origen humilde pero inteligente, ambiciosa y decidida formarán un buen tándem.
            El personaje, no histórico, que va hilando la narración en la primera parte, es un profesor griego, un tal Héctor con su familia, que recalan en Constantinopla y allí malviven; él, como peón hasta que entra en contacto con las facciones que organizan las carreras de cuadrigas. De forma accidental se convierte en uno de los líderes de la revuelta promovida de forma clandestina por el propio emperador, la “Nika”. La revuelta y los incendios que siguieron le proporcionaron a Justiniano la ocasión para la quema de la antigua basílica sin que él tuviera que asumir la culpa de semejante sacrilegio. En su ambición, nada le detiene y cuando en un momento se ve acorralado y a punto de claudicar con peligro de su vida, será su esposa quien le infunda el valor suficiente para no huir.
             Pasan por el relato infinidad de personajes de la corte como senadores, eunucos, tesorero, secretario, cada cual con sus intrigas palaciegas, conspiraciones, asesinatos… y otros como los arquitectos de la nueva Sta. Sofía o su mejor general, el conde Belisario que toman el protagonismo en la segunda parte de la novela, amén de otros muchos personajes secundarios que acaban dándole un volumen de 864 páginas. Buena descripción de la vida y costumbres en la capital durante ese siglo VI.
            A pesar de todo engancha y cautiva al lector por su prosa y el encanto de una corte oriental que no es frecuente encontrar en autores de novela histórica y que estén bien documentados.

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