Destaco
de esta novela (que se podría haber despachado con la mitad de páginas), las
descripciones de Cádiz muy acertadas, el personaje de Lolita Palma y algún
pasaje (aquí se detiene poco) de debate político.
Es
algo pesada y solo engancha a ratos.
Prosa
muy descriptiva y demasiado prolija en detalles que sólo a un público muy
especialista podría interesar, tal es el caso del artillero francés con sus
bombas. Su forma de expresarse es recia y contundente como suele ser habitual
en él, así como ser provocador e incisivo aunque algo menos que en sus
artículos.
Este
año que celebramos el bicentenario de la Constitución de 1812, es lectura muy
apropiada para conocer la situación que se vivía en España y sobre todo en
Cádiz.
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