TÍTULO: EL JARDÍN DE LOS TILOS
AUTOR: JOSÉ LUIS OLAIZOLA
Tiene esta
novela como tema el desarrollo industrial
en el norte de España a finales del siglo XIX; pero sobre este fondo, el
autor, nos expone la trayectoria de una mujer excepcional, Rafaela Ibarra, que brilla
con luz propia en un ambiente social con claras diferencias. Ella es la esposa
de un industrial bilbaíno, José de Vilallonga, presidente de los Altos Hornos,
hombre de ideas avanzadas que da un gran impulso a la industria siderúrgica,
haciendo de Bilbao una de las ciudades más prósperas del país junto a
Barcelona.
Trae
todo ésto aparejado un mayor crecimiento de la población; riquezas que atraen a
los inversores, una expansión de la ciudad que la hace atractiva a la población
rural que acude allí donde se generan puestos de trabajo y junto a este
desarrollo, como lamentable contrapartida, también prosperan la prostitución,
la mendicidad, el juego, las peleas… Y
aquí es donde entra en juego el gran impulso que Rafaelita, como la llamara su
bondadoso marido, da a obras de beneficencia encaminadas a favorecer a toda
esta población marginal.
Ella como
promotora y ayudada por un grupo de amigas y colaboradoras invertirá muchos de
los beneficios de la empresa en obras benéficas y en la creación de
instituciones como la Congregación de los Santos Ángeles Custodios. Esta
institución, que acaba siendo orden religiosa, tiene como fin ayudar a
embarazadas, obreras y sus hijos, ex reclusas que buscan trabajo… Pero para ello
deberá enfrentarse al sistema que poco hace por aliviar las penurias y
necesidades sobre todo de las mujeres que llegan desamparadas a la ciudad y que
en muchos de los casos caen irremediablemente en la prostitución.
Mujer de
una gran fé, de enorme iniciativa, no se arredra ante el esfuerzo que supone
poner en pie una obra tan importante que debió ser competencia de otros órganos
del Estado. Gracias a esta novela, conocemos el ambiente social de finales del
XIX y a una mujer maravillosa que fue beatificada por Juan Pablo II el 30 de
septiembre de 1984 como reconocimiento a su infatigable labor.