jueves, 25 de febrero de 2016

LOS MAQUIS

LOS MAQUIS




          Entre Julio de 1936 y Abril de 1939, España sufre la más cruel guerra civil, guerra entre hermanos.
             A los vencidos no les queda más que la cárcel, represalias, sometimiento, exilio y campos de concentración. El llamado Régimen de Franco no fue nunca compasivo ni conciliador con ellos.
          Muchos de los leales a la República salieron del país y otros, que no fueron capturados, se tiran al monte. Se les llama: "los huidos", "los del monte"y "maquis". La palabra viene de "maquia" monte bajo. La Guardia Civil o los falangistas no tienen fácil el encontrarlos. No fueron una guerrilla pero si un grupo de resistencia.
         Las motivaciones son las de sobrevivir ante los fusilamientos y seguir defendiendo la República como estado de libertades. Ésta es la causa que les hace militar en estos grupos. Son una fuerza antifranquista.
         Se valen de operaciones como secuestros, llamar la atención saboteando la economía del régimen: ferrocarril y líneas eléctricas, represalias contra algún falangista que los acosa...
          Esta gente armada que se oponen al gobierno de Franco, tienen enlaces que les proporcionan noticias, munición, alimentos y medicinas. Saben los que los ayudan el riesgo que corren: interrogatorios agotadores, torturas y fusilamientos. Lo hacen por humanidad o porque tienen familiares en el monte y saben que no sobrevivirán sin el apoyo en el llano. Muchas veces son mujeres, menos vigiladas por la poca valoración que se hace de ellas, las que tienen un mayor margen de maniobra.
         Estos grupos son distintos según las zonas y son cuatro los más importantes:
_Levante y Aragón
_Extremadura
_Andalucía
_ Galicia, Asturias y León
           Están formados por gentes de distintas ideologías: anarquistas, comunistas y socialistas. En Cataluña es más una guerrilla urbana.
          La jornada es de continua vigilancia. Hacen ejercicios de adiestramiento, leen, estudian y pasan otros ratos con juegos de entretenimiento. Se defienden del frío con la manta y se guarecen en pequeñas tiendas de tela teñidas con corteza de pino para camuflarlas. Han de permanecer donde les coja la nevada hasta su desaparición por miedo a dejar huellas. Tienen escasa o nula atención médica.
           Entre el 42 y el 44 hay en España alrededor de 70 000 maquis. Por entonces reina entre ellos un ambiente de ilusión y gran expectativa.
           Llegan a editar panfletos y un periódico: "El guerrillero" para dar a conocer sus ideales. Creen que al morir Hitler, Franco quedará sin apoyos y que los aliados vendrán en su ayuda pero 60 millones de muertos y el consiguiente cansancio les dejaron sin ayuda. La decepción y la amargura se apoderaron de ellos.
         Un episodio significativo, orillado por los historiadores de la época, fue el golpe de mano que supuso la invasión del valle de Arán. Con 10 000 nazis en retirada en Francia, los españoles que militaban allí en la resistencia, ya poco tienen que hacer y forman partidas que tratan de infiltrarse en el interior de España. Esperaron en balde el apoyo de los aliados. En cambio Franco con 50 000 efectivos bien pertrechados los esperaron a la salida del túnel de Viella. No tienen escapatoria y han de replegarse. Fue el golpe definitivo para los maquis.
          A partir del 47 hay un acoso brutal y fuertes represalias tras la promulgación de las leyes de vagos y maleantes, terrorismo y fuga que les afecta trágicamente. Se organizan contrapartidas de guardias civiles que visten como ellos. Lo único por lo que pueden distinguirlos es por el olor y de este modo caen en la trampa.
         Mueren estas partidas cuando les falta el apoyo de la CNT, republicanos y socialistas. Sólo el partido comunista siguió algún tiempo más con ellos. La actividad es mínima. Salen los que pueden por las costas o cruzando los Pirineos. Otros se camuflan en las grandes ciudades. Algunos regresan entre los miembros de familias francesas que vienen a veranear.
         En 1965 con la captura y muerte de los últimos cabecillas, Ramón Vila en 1963 y de José Castro en 1965, se termina oficialmente con los maquis.
         Lucharon por la libertad, la democracia y lo que habían conseguido con la República.