jueves, 27 de octubre de 2011

LA TRASHUMANCIA. EL HONRADO CONCEJO DE LA MESTA

La trashumancia. El Honrado Concejo de la Mesta

             La actividad trashumante en la Península tiene orígenes inciertos y posiblemente se remontan a los primitivos pastores nómadas de ovejas de tiempos prehistóricos. Alcanza su esplendor en la Edad Media y con el desarrollo de la Mesta castellana (organización ganadera y económica) en los siglos XV al  XVIII.
              En un principio, en torno al S. XII, las ganaderías practicaban la trashumancia con recorridos cortos y medios que unían los pastos de verano en las montañas, con los de invierno situados en las áreas de clima más benigno de los valles.
              La historia de la Mesta, se inicia formalmente en tiempos de Alfonso X el Sabio, en 1273, quedando sus normas contenidas entonces en el Cuaderno de las Leyes de la Mesta.  Alfonso XI, en 1347, puso bajo su protección a todos los ganaderos del reino, disponiendo que se formara una sola cabaña, la Cabaña Real.
              La creación de una organización propia, el Honrado Concejo de la Mesta de Pastores, determina el desarrollo espectacular de la ganadería trashumante en la Península. Éste se constituía como una asamblea de ganaderos en la que las decisiones se tomaban por votación, aunque existía un órgano de gobierno encabezado por el Alcalde Entregador Mayor, designado por el Rey y los Alcaldes de Cuadrilla. La estructura administrativa se completaba con procuradores, contadores y receptores, además de la figura de los Alcaldes de Alzada, a los que llegaban las apelaciones de las sentencias de los alcaldes.
               El auge de la importancia económica y social de la Mesta durante siglos está ligada de modo fundamental a la expansión del ganado ovino y en concreto de una de sus variedades llamada oveja merina. Su cruce con la oveja churra, raza indígena, dio de este cruce una especie ovina productora de lana de excelente calidad.
               La Corona Real fue protectora y defensora de la Mesta porque en el ámbito fiscal, por medio del llamado "Servicio y Montazgo", el Tesoro Real obtenía sustanciosos ingresos, aunque no tantos como para considerarlos como el soporte fundamental de la Corona. En 1454, Enrique IV incorporó a esa Cabaña Real toda clase de ganado.
              Los Reyes Católicos crearon el puesto de Presidente de la Mesta, el cual era asignado al miembro más antiguo del Real Consejo de Castilla y legislaron "el edificio jurídico constitucional del Honrado Concejo de la Mesta, cuyos cimientos fueron los Privilegios otorgados por Alfonso X, en 1273". En 1492 se logra la Recopilación de las leyes de la Mesta, obra del jurista Malpartida.
              Ya en el siglo XVI, con Carlos V y Felipe II, la Mesta experimenta una nueva etapa de expansión económica, apoyando la exportación de la lana aunque el reinado de los Austrias menores coincide con un período de decadencia de la actividad mesteña.
              La última recopilación legislativa, conocida como Código Mestero, data de 1731, es el llamado Quaderno de la Mesta. Un poco más tarde, hay un nuevo auge de la actividad a mediados del S. XVIII y en 1765 se alcanza el techo numérico de cabezas trashumantes en toda la historia con más de 3.500.000 ovejas.
A partir de 1836, con la Real Orden de 31 de enero, los "cordeles" y "descansaderos" de las "cañadas reales" de modo gradual y paulatino se fueron convirtiéndo en terrenos municipales, y fueron "comidos" por los agricultores colindantes, los cuales año tras año iban reduciendo la "cañada real" como "vía pecuaria" de índole estatal. Finalmente desaparece  en 1836.
              En la segunda mitad del siglo XX, la crisis de los sistemas ganaderos tradicionales y el abandono rural, junto a las numerosas agresiones a que han sido y son sometidas las cañadas, han agudizado su decadencia hasta extremos que hacen peligrar su integridad futura, y con ella la del patrimonio etnográfico, histórico y cultural asociado a las mismas.

jueves, 20 de octubre de 2011

FRASES DESTACADAS en "El sueño de Felipe II"

(Hablando de Felipe). Nunca consideró ni trató al hombre como simple instrumento para conseguir fines no humanos, como algo anónimo sin un destino. Si bien se aferraba, minucioso y testarudo, a su dignidad como rey, estaba por otra parte dispuesto a conceder con verdadera preocupación a cada uno su dignidad como hombre.

(Hablando de Cervantes). Y, casualmente, el viejo soldado se transfiguró. Se le alargó la cabeza y se le estiró un punto su barba rala como la de un viejo chivo; las mejillas hundidas, los hombros caídos, las piernas resecas y flaquísimas. Se vio encerrado en una viejísima armadura cuyas piezas estaban unidas mediante cuerdas. Su cabeza se tocaba con una bacía de barbero. Y junto a su flaca figura surgía la del rechoncho, mofletudo y barrigón, astuto, fiel, cobardón e inseparable del flaco; inseparable como lo es la realidad de la idealidad.

(Hablando del Greco). La obra de Doménico, el Greco, está ahí entre nosotros, como la gran señal de advertencia de que la pintura es algo más que copia de exterioridades; que el hombre es algo más que lo que parece ser, un trágico portador de energías cósmicas, un nudo apretado, una cadena entre la materia y el espíritu.
                   

miércoles, 19 de octubre de 2011

EL SUEÑO DE FELIPE II. ANOTACIONES

MATRIMONIOS DE FELIPE II
1º) Con Mª Manuela de Portugal(1543-1545). Nace el Príncipe de Asturias, D. Carlos. Muere antes de reinar
2º) Con María I de Inglaterra (1554-1558). Sin hijos.
3º) Con Isabel de Valois (1559-1568). Dos hijas: Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela. Muy queridas del Rey.
4º) Con Ana de Austria (1570-1580). Cuatro hijos y una hija:
               Fernando (1571-1578)
               Carlos Lorenzo (1573-1575)
               Diego Félix (1575-1582)
               María (1580-1583)
               Felipe, que reinaría como Felipe III
                   

martes, 18 de octubre de 2011

EL SUEÑO DE FELIPE II.COMENTARIO

            Aporta una idea general sobre la larga vida de Felipe II, 71 años (1527-1598) y su época.
    Los hechos históricos se narran con corrección y sin extremismos en favor o en contra del personaje.
      Alude a las situaciones que se vivieron y a las que pudieran haber sido, mezclándose realidad con ficción en la justa medida.
      Excelentes descripciones de los personajes que aparecen: Isabel de Inglaterra, Enrique de Francia y muy interesantes asimismo los capítulos sobre el Greco y Cervantes. En pocos párrafos tenemos una clara visión de ellos y su obra.

lunes, 17 de octubre de 2011

EL SUEÑO DE FELIPE II

      TÍTULO: El sueño de Felipe II
  AUTOR: Edgar Maas

        En esta novela histórica se nos narra la vida de Felipe II, soberano de España y medio mundo.
        Nos muestra todas sus facetas: como "Rey Prudente", minucioso burócrata, fiel seguidor de la Iglesia, padre cariñoso con sus hijas, preocupado por su pueblo, conocedor de todas las estrategias urdidas a sus espaldas, trabajador incansable pero también el que preside impasible autos de fe, deja que su heredero el príncipe Carlos muera en prisión, favorece la endogamia con tal de mantener la hegemonía de la Casa Austria-Habsburgo...
        Un personaje hermético con sus luces y sus sombras.

lunes, 3 de octubre de 2011

MARÍA ESTUARDO (final)



         El ejército de María se encontró con el de sus enemigos en la Colina Carberry pero cuando se dio cuenta de que no podía vencer, se rindió sin siquiera pelear. Fue tomada prisionera y enviada al Castillo del Lago Leven. Contra su voluntad, fue forzada a firmar los documentos de abdicación a favor de su pequeño hijo el Rey Jacobo VI de Escocia. Su hermanastro James Stewart, Conde de Murray, se convirtió en regente. No vivió mucho tiempo, ya que fue asesinado en 1570 por uno de los partidarios de María.
         Después de unos meses, un cuidadoso plan se elaboró con el propósito de liberarla. Fue llevada fuera del castillo por un paje de 16 años llamado Willie Douglas. María estaba vestida de lavandera y así secretamente llegaron al lago. Remaron a través del mismo y del otro lado, sus amigos la esperaban. A María le dieron un caballo y cabalgó por su vida y libertad. Luego, formó otro ejército pero fue derrotado en la batalla de Langside el 13 de mayo de 1568.
         En vano María escapó a Inglaterra para rogar el apoyo de su prima Elizabeth. Tenía pocos amigos y muchos enemigos, y aún sus partidarios europeos se le habían vuelto en contra. Éste fue un momento muy difícil para  Elizabeth  quien  siempre  había  sentido temor al poder y la influencia de María.
         Elizabeth le brindó protección pero en realidad, ella fue prisionera durante 19 años. María estuvo en varios castillos de Inglaterra incluyendo Sheffield durante 14 años, Bolton, Wakefield, y Tutbury. En 1570 se divorció de Bothwell, quien murió demente en una prisión en los Países Bajos en 1578.
         Mucha gente quería ver a María muerta pero Elizabeth no quería dejarla en libertad a merced de sus enemigos porque éstos la matarían inmediatamente. Fue puesta al cuidado de George Herbert, Conde de Shrewsbury y vigilada cuidadosamente por el gobierno isabelino, el cual temía que se convirtiese en el foco de conspiraciones católicas. Sus temores tenían fundamento. Durante los siguientes 20 años hubo intentos de liberar a María de su prisión y de convertirla en Reina de Inglaterra. Los consejeros de Elizabeth continuaron rogándole que ejecutase a la reina escocesa, pero Elizabeth se negaba. No fue hasta la Conspiración Babington de 1586 cuando finalmente Elizabeth accedió a su ejecución debido a que existía prueba de la complicidad de María.
Elizabeth se sentía herida y enojada y le escribió una carta. Era el plan de Sir Anthony Babington y sus conspiradores, liberar a María en Chartely en donde se encontraba prisionera y derrocar y matar a Elizabeth. Sus planes fracasaron, debido a que Sir Francis Walsingham, uno de los ministros más influyentes de Elizabeth, había creado una red muy efectiva de espías que seguía paso a paso las acciones de los católicos mediante el uso de dobles agentes. Anthony Babington y sus partidarios fueron torturados y condenados a muerte y María fue procesada. Fue encontrada culpable de traición y condenada a muerte. Pese al veredicto de los jueces, Elizabeth no podía firmar la orden de ejecución de su prima. Finalmente y de mala gana, la firma. Sus ministros secretamente apresuraron la ejecución y a Elizabeth no se le informó hasta que todo acabó.
         La noche anterior a la ejecución, María cenó muy poco y escribió su testamento, luego entregó regalos a sus sirvientes. Entre las 8 y las 9 de la mañana, fue llevada al lugar de ejecución. Estaba vestida de negro, llevaba un crucifijo y una Biblia en sus manos. Jane Kennedy y Elizabeth Curle eran sus dos sirvientes que la acompañaron en aquel momento. Jane vendó sus ojos con una tela blanca y su perrito, un Skye Terrier se encontraba debajo de su falda; se dice que el perrito dejó de comer al darse cuenta de la muerte de su dueña.
         Una leyenda dice que después de la ejecución, los cardos comenzaron a crecer en el lugar en donde María murió. Los lugareños comenzaron a llamar a esos cardos “Las Lágrimas de la Reina Mary”.
Fue decapitada en el Castillo de Fotheringhay el 8 de febrero de 1587. Sus últimas palabras fueron: “En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu.
         En principio fue enterrada en la Catedral de Peterborough pero luego, en 1612, sus restos fueron enviados a la Abadía de Westminster. En vida María y Elizabeth nunca se conocieron, ambas yacen en la más imponente de todas las abadías inglesas, la Abadía de Westminster en Londres.
         María fue una mujer de gran talento, muy alta, elegante y hermosa. Introdujo en la corte escocesa, las costumbres francesas, el idioma y nuevas formas de baile. Pero en la constante y amarga lucha por el poder entre ella y Elizabeth, María perdió porque a diferencia de su prima inglesa, ella dejó que su corazón gobernase sobre su razón, sacrificando la política por la pasión.  Dejó su legado a la historia y después de la muerte de Elizabeth en 1603, su hijo fue nombrado rey de Inglaterra y su ascensión trajo una nueva dinastía al trono inglés. Los Estuardos.
                                      

domingo, 2 de octubre de 2011

MARÍA ESTUARDO (continuación)


         Escocia era muy diferente a Francia, y María encontró que su país nativo era bastante sombrío. Estaba acostumbrada a vivir en la riqueza y lujo de la corte francesa y Escocia no lo tenía; además, su clima era más frío. El país era protestante y ella actuó lo mejor que pudo para gobernarlo bien. Al principio tuvo éxito, fue tolerante con los protestantes, escuchaba el consejo que le daban sus ministros y mantenía la paz con su influyente hermanastro  protestante, James Stewart, después Conde de Murray, hijo ilegítimo de su padre, Jacobo  V.
         María era viuda y Elizabeth temía que se casase con un príncipe poderoso que la ayudara a levantar un ejército para invadir Inglaterra. Le  interesaba que lo hiciese con un hombre con muy poco poder o influencia, de modo tal que su prima escocesa no fuese una amenaza. Quizás con ésto en mente, Elizabeth le ofreció a Robert Dudley, Conde de Leicester, pero no fue aceptado ya que se le creía amante de Elizabeth y un asesino de esposas.
         María tomó ésto como un insulto. Elizabeth creyó que un matrimonio entre ellos garantizaría la paz de ambos reinos. Contaba con  que  Dudley  nunca  conspiraría  en  su contra porque sentía afecto por ella,  que él llevaría a cabo sus ambiciones y María tendría un esposo fácil de manejar por ella.
         Todo ésto tenía sentido para Elizabeth pero las otras personas involucradas en su plan tenían ideas distintas. Dudley estaba alarmado de tan sólo pensar en ser enviado a Escocia, e hizo todo lo que pudo para evitar el enlace y escribió a María negando su interés en ella. En un intento de hacer que Dudley pareciese más adecuado para una reina, Elizabeth lo hizo parte de la nobleza en 1564 y lo nombró Conde de Leicester y Barón de Denbigh.
         Pese a que Elizabeth parecía sincera en las negociaciones, muchos dudaban  porque  ella y Dudley estaban tan unidos que  no soportaría  que él pudiese llegar a dejar la corte. Cualesquiera que fueran los motivos de Elizabeth, la oferta se realizó con toda sinceridad pero María no la aceptó.
         Al primo católico inglés de María quien también tenía derecho a reclamar la corona inglesa, llamado Lord Henry Darnley, Elizabeth le permitió viajar con su padre a Escocia, y María se sintió atraída por su persona y su posición y decidió casarse con él. Se casó por amor, la ceremonia tuvo lugar en la
Abadía de Holyroodhouse el 29 de julio de 1565.
         Elizabeth estaba enojada debido a que tanto Darnley como María tenían derecho a reclamar su trono; Elizabeth temía que tuviesen considerable  apoyo para  tratar de derrocarla. Quizás su único beneficio fue el nacimiento en el Castillo de Edimburgo, del único hijo de María, Jacobo, el 19 de junio de 1566.
         Darnley era posesivo, celoso y un borracho. No facilitó la vida política de María, sólo la empeoró y ella comenzó a confiar bastante en su secretario privado italiano, David Rizzio a quien María gustaba y a quien admiraba. Se creía que era su amante y Darnley estaba cada vez más celoso y más enojado al igual que unos nobles protestantes quienes creían que Rizzio era un agente del Papa.
         Con un grupo de amigos, Lord Darnley planeó el asesinato. Una noche de marzo de 1566, mientras Rizzio, un músico talentoso, tocaba para María y sus damas en el Palacio de Holyroodhouse, Lord Darnley y sus hombres entraron por la fuerza y apuñalaron a Rizzio 27 veces frente a María quien tenía 6 meses de embarazo y que nunca pudo olvidar lo ocurrido aquella noche.
         La atención de María se centró en James Hepburn, Conde de Bothwell. Bothwell era casado. Fue probablemente Bothwell quien fue en buena parte responsable de la muerte de Darnley cuya casa en las afueras de Edimburgo, fue volada en pedazos el 10 de febrero de 1567. Todos creían que María había convencido a Bothwell de asesinar a su esposo. Bothwell se divorció de su esposa y se casó con María bajo el rito protestante 3 meses después de la muerte de Darnley. La ceremonia tuvo lugar en la Abadía de Holyroodhouse
. El pueblo estaba furioso y quería que ella abdicase.

sábado, 1 de octubre de 2011

MARÍA ESTUARDO. PERSONAJES DE LA ÉPOCA

María Estuardo (1542-1587)


         María Estuardo nació en el Palacio de Linlithgow, Escocia, el 7 de diciembre de 1542. Era hija del rey Jacobo V de Escocia y de su esposa francesa, María  de  Guisa. Su padre falleció sólo unos días después de su nacimiento, por eso María de tan sólo una semana de vida, se convirtió en reina de Escocia. Fue coronada en el Castillo de Stirling el 9 de septiembre de 1543.
         María estaba emparentada con los Tudor. Su abuela fue Margaret Tudor, la hermana mayor de Enrique VIII. Margaret Tudor se había casado con el rey Jacobo IV de Escocia y su hijo, Jacobo V, fue el padre de María. Enrique VIII era por consiguiente su tío abuelo. Ella y Elizabeth tenían pues lazos de parentesco.
         Enrique VIII deseaba que la pequeña María fuese la futura prometida de su hijo Eduardo y en 1544 sus fuerzas invadieron Escocia en un intento de forzar esa unión, pero fracasaron. En 1548, María fue enviada a la corte francesa de Enrique II para casarse con el Delfín, luego Francisco II. Su madre, María de Guisa desempeñó el papel de regente en Escocia.
         En 1559 el rey de Francia muere en un accidente y con tan sólo 17 años, María se convierte en reina de Francia. Ésto alarmó a Elizabeth, ya que tanto ella como su gobierno temían que los franceses también ahora reclamasen el trono inglés. Los franceses simplemente no estaban en situación de hacerlo. La posición de María de Guisa en Escocia era débil y estaba peleando por sobrevivir en un país que ahora era protestante. Los franceses no podían atacar a Inglaterra cuando el poder francés en el país a través de María y de su madre era tan frágil. Por este motivo, en Inglaterra, los ministros de Elizabeth le rogaron que ayudase a los escoceses contra su gobierno católico. Ella estuvo de acuerdo. William Cecil fue enviado a Escocia para negociar la paz con los escoceses y él desempeñó un papel muy importante en la confección de un tratado con el gobierno escocés que garantizaría la paz entre los dos reinos. María nunca ratificó el Tratado de Edimburgo. Siempre se la vio como una amenaza importante para Elizabeth. Muchos católicos  no reconocían a Elizabeth como la verdadera reina. No reconocían el matrimonio de su madre, Ana Bolena con Enrique VIII, en otras palabras, creían que no podía ser reina porque era una hija ilegítima. Elizabeth era protestante y María católica.   
         Durante muchos años los católicos conspiraron para destronar y asesinar a Elizabeth con el propósito de poner a María en el trono. La misma María no reconocía a Elizabeth como verdadera reina y creía que ella era la reina de Inglaterra. A veces se refería a sí misma como tal. La relación entre las dos siempre fue muy difícil. Como reinas y primas, simulaban ser amigas. En películas y novelas, a Elizabeth siempre se la representa como una reina cruel hacia María pero en realidad ésto no era cierto.
         María llevaba casada tan sólo un año cuando Francisco II muere y decidió regresar a Escocia ya que no deseaba vivir bajo el dominio de su suegra Catalina de Médicis. Su regreso fue muy necesario ya que su madre, María de Guisa, había muerto en junio de 1560. En agosto de 1561 llegó al Puerto de Leith en Edimburgo y fue recibida por tan sólo unos pocos nobles.
         Debido a que ella seguía negándose a firmar el Tratado de Edimburgo, Elizabeth le negó el paso a su prima a través de Inglaterra por lo tanto tuvo que navegar de Calais a Leith directamente.
Pero la noticia de su arribo pronto llegó a su gente y multitudes le daban la bienvenida.



(Continúa en el siguiente post )